Medio ambiente
Seguimiento y resultados de las políticas públicas y gestión gubernamental de la administración 2000-2006
Las prioridades generales establecidas por el Sector de Medio Ambiente son la defensa de los bosques, suelos y cobertura vegetal; la defensa de la calidad de las aguas nacionales; y promover el desarrollo sustentable, de esta manera, el gobierno federal implementó programas y acciones que pretenden conservar la biodiversidad, proteger los recursos forestales, incrementar la calidad del agua y del aire, mejorar el manejo de residuos sólidos y de residuos peligrosos y racionalizar el uso de los energéticos. A continuación se presentan indicadores para evaluar los logros de la gestión gubernamental en estos rubros.
I. Bosques, suelo y biodiversidad
Según el 5to Informe de Gobierno, durante la administración del Presidente Fox se ha incrementado considerablemente la superficie de reservas territoriales, pasando de 228 hectáreas en 2001 a 2 mil 294 para el 2004. En la tabla 1 se observa la extensión declarada como reserva territorial para el periodo 2001-2004.
Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) pasaron de 127 en 2001 a 154 en 2005 para llegar a una superficie de 18.7 millones de hectáreas, lo que representa poco más del 9 por ciento del territorio nacional. En la gráfica 1 se observa que 2002 fue el año en que se declaró el mayor número de ANP, 22, que aumentaron la superficie protegida en 400 mil hectáreas, sin embargo, fue durante el 2005 cuando la superficie protegida creció más durante la presente gestión, al aumentar poco más de 800 mil hectáreas.
Tabla 1
Durante el periodo 2001-2005 el número de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) se incrementó en 45 por ciento, al pasar de 4 mil 432 a 6 mil 446, con una extensión de 23.2 millones de hectáreas (gráfica 1). Sin embargo, en el periodo 1990-2000, México fue el único país de la OCDE que perdió una parte de su reserva forestal. Existe una gran disparidad entre las tasas de deforestación estimadas durante este periodo, ya que debido a métodos de medición diferentes varían entre las 316 mil y las 800 mil hectáreas por año.[1]
Gráfica 1 Áreas naturales protegidas y unidades de manejo para la conservación de la vida silvestre, 2001-2005.
p/ Datos preliminares al mes de agosto de 2005
Fuente: Presidencia de la República, 5 Informe de Gobierno, México, 2005, p. 235
Las acciones de reforestación se llevan a cabo dentro del Programa de Conservación y Restauración de Ecosistemas Forestales (Procoref). Según los datos proporcionados por el gobierno federal, en los últimos cinco años se han reforestado un millón 22 mil hectáreas con mil 194 millones de árboles plantados, un promedio de 200 mil hectáreas por año con un índice de supervivencia estimado para el 2005 de 50 por ciento (ver tabla 2). Sin embargo, estas acciones se encuentran lejanas de poder revertir el proceso de deforestación, que según la Semarnat en 2000 registraba una tasa de cerca de 800 mil hectáreas por año.
Tabla 2. Acciones de reforestación 2000-2005
Una de las causas de la pérdida de vegetación natural en el país son los incendios forestales que han aumentado en los últimos treinta años, resultado de las altas temperaturas y de las sequías. Las coberturas vegetales más afectadas son los pastos naturales, la arbustiva y matorrales y la arbolada. Las causas más frecuentes de estos siniestros son las actividades agropecuarias, los incendios intencionales y las fogatas. Las entidades federativas que en los últimos siete años han sufrido mayor superficie afectada son Chiapas, Oaxaca, Jalisco y Baja California.[2]
Tabla 3 Incendios forestales, 2000-2005
En los primeros siete meses de 2005 se registraron 9 mil 471 incendios forestales, la cifra más alta de los últimos cinco años, afectando 255 mil 805 hectáreas, de las cuales, el 46.2 por ciento eran superficies de pastizales, 41.1 por ciento arbustos y matorrales y 12.7 por ciento áreas arboladas.[3] En la tabla 3 se observa que el año en que se presentó el menor número de incendios y la menor superficie afectada fue 2004, donde se registraron 6 mil 300 quemas que perjudicaron 81 mil 321 hectáreas.
II. Agua
El aumento de la población y de las actividades agropecuarias e industriales ha propiciado la sobreexplotación de los acuíferos del país. Además, las descargas de aguas residuales contaminadas y la falta de plantas de tratamiento provocan la disminución de la cantidad y de su calidad, tanto en los cuerpos superficiales de este recurso como en los acuíferos. Ante ello, las acciones implementadas por la administración federal pretenden aumentar el uso racional del agua así como mejorar la capacidad de gestión regulatoria y tecnológica para su preservación.[4]
Se estima que la disponibilidad natural media de agua es de 476 km3, de ésta, el 84% escurre superficialmente y el resto se incorpora a los acuíferos. En el país se tienen registrados 650 acuíferos, de los cuales se extraen 27 km3/año, que en su mayor parte se destina a las actividades agropecuarias y para el abastecimiento público. En 2004, 104 estaban sobreexplotados y 17 acuíferos costeros presentaban una alta concentración salina. La mayor parte de la sobreexplotación ocurre en las entidades del centro y del norte del país, donde la extracción excede a la recarga en más del 10 por ciento.[5]
En 2003, la disponibilidad natural media nacional fue de 4 mil 547 m3 por habitante, sin embargo en algunas regiones hidrológicas la disponibilidad media es menor a mil 700 m3 por habitante, por lo que son consideradas regiones con estrés hídrico. De las 13 regiones hidrológico-administrativas en que se encuentra dividido el país, tres presentan condiciones de escasez del líquido: Península de Baja California, Noroeste y Valle de México, ésta última con menos de 185 m3 por habitante. Aunque 10 regiones no presentan condiciones de precariedad por disponibilidad de agua, el enfoque cambia si se considera que poco más de 35 millones de personas habitan en situación de estrés hídrico.[6]
Algunas de las acciones para evitar la contaminación de los mantos freáticos son aquellas que apuntan a avanzar en la cobertura de alcantarillado, drenaje y tratamiento de aguas residuales municipales. A finales del 2004, la cobertura de alcantarillado en el país era de 77.5 por ciento, siendo de 90.7 por ciento en las zonas urbanas y de 38.5 por ciento en las zonas rurales. En cuanto al tratamiento de aguas residuales, en 2003, los centros urbanos generaron 255m3/s de aguas residuales, de los cuales 80% se captó por drenaje y de ellas sólo el 29.7 por ciento fue tratada antes de ser vertida a los cuerpos de agua. En ese año se contaba con una capacidad para procesar 89.6 m3/s en los sistemas municipales, pero sólo se trataron aproximadamente 60.2 m3/s.[7]
De igual forma en el 2003, 258 m3/s de aguas residuales fueron descargadas por las industrias, lo que equivale a 9.5 millones de toneladas de DBO[8], de las cuales el 18 por ciento fue removido por los sistemas de tratamiento. A fines del 2004 en nuestro país existían mil 875 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales, las cuales procesaron 27.4 m3/s, aproximadamente el 11 por ciento del volumen generado. Las industrias que vierten mayor carga de contaminantes en aguas residuales son la azucarera, la petrolera y la agropecuaria.[9]
III. Calidad del aire
La calidad del aire es afectada principalmente por factores climáticos y por la emisión de contaminantes a la atmósfera. A mediados de la década de 1990, la zona que emitía la mayor cantidad de contaminantes a la atmósfera era la del Valle de México, seguida por el corredor industrial del Bajío, la Zona Metropolitana de Monterrey y las ciudades fronterizas de Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez. Los contaminantes que más se emiten son el monóxido de carbono (CO), los hidrocarburos (HC), los óxidos de nitrógeno (NOx), el bióxido de azufre (SO2), el plomo (Pb), y los compuestos orgánicos volátiles (COV).[10]
En la Zona Metropolitana del Valle de México se ha logrado reducir considerablemente la emisión de contaminantes a la atmósfera. Mientras que en 1994 la emisión era de poco más de 5 millones de toneladas al año, desde 1998 se ha reducido a poco menos de 3 millones al año, y desde entonces se ha mantenido constante. El contaminante que más se emite es el monóxido de carbono, principalmente generado por el transporte.[11]
Para la primera mitad del 2005, la red nacional de contaminantes atmosféricos cubría 52 zonas metropolitanas y ciudades. Las redes locales más completas y de mayor antigüedad se localizan en el Valle de México, Guadalajara, Monterrey, Toluca, y las ciudades fronterizas de Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez. Las redes que se integraron recientemente son las de Celaya, Irapuato y León. El Ejecutivo menciona que la mejoría de la calidad del aire se debe a la renovación del parque vehicular, a la introducción de combustibles con menor contenido de azufre y a las tecnologías de control de emisiones de contaminantes.[12]
IV. Residuos sólidos y residuos peligrosos
Los residuos sólidos municipales (RSM) son generados en casas habitación, en establecimientos o en la vía pública. En los últimos nueve años la cantidad total de RSM se ha incrementado en 13.4 por ciento, al pasar de 30 millones 510 mil toneladas en 1995 a 34 millones 602 mil en 2004. La mayor cantidad de RSM se producen en la región Centro del país (50%), seguido por la región Norte (18%), el Distrito Federal (13%), la región Sur (10%) y la Frontera Norte (9%).[13]
La tabla 4 muestra que además del aumento de la generación total de residuos en el país, la generación per cápita también ha aumentado al pasar de 307 kilos al año en el 2000 a 329 kilos en 2004. Los habitantes de entidades como el Distrito Federal, Estado de México, Baja California y Nuevo León son los que mayor cantidad de residuos generaron, más de un kilogramo al día, mientras que los habitantes de las entidades menos urbanizadas como Oaxaca, Hidalgo, Chiapas, Zacatecas y Tlaxcala generaron menos de 700 gramos diarios. En el país, poco más de la mitad de los residuos sólidos son basura de comida, jardines y otros materiales orgánicos; y casi la tercera parte corresponde a papel, cartón, pañales desechables y otros residuos finos.[14]
En el periodo 1995-2004, el manejo de los RSM ha mejorado, ya que la cantidad depositada en rellenos sanitarios se triplicó al pasar de 5 millones 952 mil toneladas a 18 millones 318 mil; y la cantidad de RSM depositada en tiraderos a cielo abierto disminuyó en poco más de 11 millones de toneladas. Para el 2004, del total de RSM generados, el 52 por ciento se depositaron en rellenos sanitarios, el 11.5 por ciento en rellenos de tierra controlados y el 32.9 por ciento en tiraderos a cielo abierto. Mientras en 2001 pocas ciudades contaban con rellenos sanitarios, para 2004 sólo el estado de Oaxaca no tenía este tipo de instalaciones.
Tabla 4 Generación y disposición de residuos sólidos municipales, 1995-2004.
Por otro lado, en cuanto a los residuos peligrosos (RP), el sector industrial manufacturero es uno de los principales generadores; sus desechos son: sólidos residuales, aceites gastados, líquidos residuales de proceso, y disolventes. Le sigue el sector minero, que genera líquidos residuales de procesos, lodos, escorias y sólidos. Además, los hospitales, clínicas, laboratorios y centros de investigación que generan residuos biológico-infecciosos.
En 2000, las entidades que más RP produjeron fueron Guanajuato y el Distrito Federal, que en conjunto reportaron casi el 50 por ciento del total nacional, cerca de un millón 800 mil toneladas; los estados que menor cantidad de RP reportaron fueron Baja California Sur y Quintana Roo, quienes no sobrepasaron las 160 toneladas.[15]
Tabla 5 Manejo de residuos peligrosos, 2000-2005 (cifras acumuladas)
Durante el periodo 2000-2005 aumentó la infraestructura para el procesamiento de estos residuos al pasar de 811 a 1,050 plantas autorizadas, que en conjunto permiten procesar 9 millones 481 mil toneladas de residuos, poco más del doble de la capacidad al inicio de la presente administración cuando había una capacidad para procesar 4 millones 144 mil toneladas (véase la tabla 5). Sin embargo, cabe señalar que aún existe un importante número de pequeñas empresas, industrias o establecimientos potencialmente generadoras de RP y que los desechan directamente al drenaje, suelo o los cuerpos superficiales de agua.
V Ahorro de recursos energéticos
El gobierno federal reportó que por la aplicación de diferentes programas y acciones, durante los primeros meses del 2005 se logró ahorrar 11 mil 435 millones de kilowatts-hora (véase tabla 6). Para el ahorro de energía en instalaciones industriales promovió la sustitución de equipos ineficientes por eficientes, la capacitación y asistencia técnica y el desarrollo de programas internos para la mejora de la operación de procesos; en el sector doméstico, las principales acciones para reducir el consumo fueron la promoción de instalación de lámparas ahorradoras, el aislamiento térmico de viviendas y el impulso en la comercialización de refrigeradores de alta eficiencia.
En la tabla 6 también se observa que de enero a julio de 2005, se ahorraron 751 millones de kilowatts-hora con la aplicación del horario de verano. El ahorro de energía ha venido incrementándose durante el periodo de la actual administración al pasar de 10 mil 150 millones de kilowats-hora en el 2000 a 17 mil 578 millones en 2004.
Tabla 6 Ahorro de energía por programas institucionales, 2000-2005
(Millones de kilowatts-hora)
Consideraciones finales
En síntesis, con los programas implementados durante la administración del presidente Fox, se incrementó la superficie de reservas territoriales, de áreas naturales protegidas, y de unidades de manejo para la conservación de la vida silvestre; se plantaron mil 194 millones de árboles para reforestar poco más de un millón de hectáreas; aumentó la cobertura de alcantarillado y drenaje; se redujo la emisión de contaminantes al aire; mejoró el manejo de residuos sólidos municipales; disminuyó el volumen de basura depositado en tiraderos a cielo abierto; y aumentó el ahorro de energía. Sin embargo, a pesar de los logros obtenidos, los resultados aún están lejanos de frenar el proceso de deforestación, de revertir los procesos de sobreexplotación de acuíferos, de disminuir la contaminación de cuerpos de agua y de suelos, de procesar aguas residuales con plantas tratadoras, de eliminar tiraderos de basura a cielo abierto, y de aumentar la capacidad instalada para el manejo de residuos peligrosos.
Es pertinente resaltar que uno de los objetivos que se propone la Semarnat es el aprovechamiento de los recursos naturales y promover el desarrollo sustentable, respecto del cual, la dependencia no reporta avances específicos.
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[1] Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, El medio ambiente en México 2005, en resumen. México, 2006, p. 17.
[2] Ibid, p. 18.
[3] Presidencia de la República, 5 Informe de Gobierno, México, 2005, p. 239.
[4] Ibid, 230.
[6] Ibid, 70.
[7] Ibid, p. 74.
[8] Demanda biológica de oxigeno. Se refiere a la cantidad de cantidad de oxígeno que los microorganismos, especialmente bacterias, hongos y plancton, consumen durante la degradación de las sustancias orgánicas. Se utiliza para determinar la calidad del agua y se expresa en mg / l o partes por millón (ppm). Si la muestra contiene menos de 5ppm se considera que el agua es potable, si es mayor se considera contaminada.
[9] Semarnat, El medio ambiente ….., op. cit. p. 75.
[10] Ibid, p. 60
[11] Ibidem
[12] Presidencia de la República, 5 Informe ……., 2005, p. 242.
[13] Semarnat, El medio ambiente ….., op. cit. p. 80.
[14] Ibid, p. 81
[15] Ibid, p. 84.
[Citar como] Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, "Seguimiento y resultados de las políticas públicas y gestión gubernamental de la administración vigente", en Medio ambiente [Actualización: 28 de agosto de 2006], en www.diputados.gob.mx/cesop/